Debido al compromiso con la mitigación del cambio climático y su apuesta por las renovables, Alemania está pasando de las palabras a las obras. El país europeo comenzó a otorgar beneficios fiscales, financiamiento y subsidios a quienes quieran comparan autos eléctricos y de hidrógeno.
Todo ello como parte de su política de Estado de emplear tecnología segura, sostenible y eficiente y dejar atrás el uso de transportes contaminantes.
No es el futuro, es el presente
Estos no son todos los cambios. Este país de Europa occidental ya ha cerrado un gran número de plantas de carbón y nucleares a lo largo de su territorio y ha aumentado la generación de energía solar y eólica.
Está invirtiendo más de 1.1 billón de dólares en la producción de baterías eléctricas, con el fin de lograr una movilidad sostenible. De hecho durante 2018 en Hamburgo se prohibieron los anticuados vehículos a Diésel.
Alemania y su tren de hidrógeno
Es tal el compromiso que el año pasado el país estrenó su primer tren con batería de hidrógeno en Bremervörde. La empresa Alstom lideró el proyecto gracias a su reconocimiento como uno de los más grandes fabricantes de trenes de Europa. Contó con el apoyo del Ministerio de Economía y Transporte de Baja Sajonia, el Ministerio Federal de Transporte y las autoridades de transporte de la zona.
Las pilas de combustible transforman el hidrógeno y el oxígeno en electricidad, lo cual permite eliminar las emisiones contaminantes causadas por la propulsión. El tren alcanza los 140 km/h, cero emisiones y bajo nivel de ruido.
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